The Writings of Israel Shamir
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La Prueba de Fuego Reprobada
Por Israel Shamir
Entre el colorido y los restoranes llenos del festejo nocturno de Tel
Aviv, tuve una visión: la de un ángel en vestimenta de guerra,
escribiendo con tiza en un muro las tres palabras "Mene, Tekel ufarsin".
Mi Diccionario ángel-castellano, me entrega una traducción: "fuisteis
sometidos a prueba, y reprobasteis".
Estos son los días más oscuros para el pueblo de Israel. Son oscuros
porque los clamores y las protestas de nosotros y de nuestros padres
resultaron tan genuinos como un billete de tres dólares. En 1968, siendo
un jovencito ruso-judío, escribí en el muro de mi ciudad natal de Rusia:
"Manos fuera de Checoslovaquia". La preciosa y profunda voz del poeta
ruso-judío Alexander Galitch, entonces entonaba: "¡Ciudadanos, la patria
está en peligro, nuestros tanques están en tierras ajenas!" Algunos
judíos rusos se manifestaron en la Plaza Roja contra la invasión, y
fueron golpeados por la policía. Protestamos contra la presencia de
tanques rusos en Budapest, Praga y Kabul, como ciudadanos rusos que
valoran el honor por encima de la lealtad mal entendida, la humanidad
por encima de los lazos de sangre. Al mismo tiempo, los chicos judíos
americanos se manifestaron contra la intervención de su país en Vietnam,
mientras que los muchachos y muchachas judíos en Europa lucharon contra
el racismo. Los años pasaron, y hoy nuestros tanques judíos están en
tierras ajenas.
Nuestro ejército judío asesina a civiles, demuele viviendas, priva de
alimentos y agua a millones, y pone bajo sitio las aldeas palestinas.
Nuestros crímenes exceden los cometidos por Rusia en Chechenia, los
cometidos por Estados Unidos en Vietnam, y los de Serbia en Bosnia. ¿Verdad
que los intelectuales israelíes se están manifestando masivamente en
nuestro equivalente a la Avenida Pensylvania o Plaza de la Constitución?
¿Los judíos norteamericanos levantan sus voces contra los asesinos
armados por los Estados Unidos? ¿Los judíos rusos defienden los derechos
humanos de los gentiles (no judíos) esclavizados de la Tierra Santa? Ni
lo piensen, los iletrados ensalzan el coraje de nuestros soldados judíos,
veneran la mano firme de nuestros francotiradores judíos, y glorifican
la inmensa humanidad del pueblo judío que, pudiendo pulverizar a todos
los gentiles de Palestina, cordialmente se limita a unos centenares de
mutilados al día.
Mi abuelo, en su asentamiento de Pale, se quejaba de las restricciones
contra el libre movimiento de judíos en el Imperio Ruso, mientras que en
mi generación, Anatoli Sharansky se convirtió en un símbolo de la lucha
por los derechos humanos. Hoy, en nuestro propio país, los gentiles son
encerrados en reservas y campos de concentración infinitamente peores
que Pale. Un palestino no puede caminar al pueblo vecino sin su "ausweis"
judío, pues es constantemente revisado por nuestros guardias. Sólo puede
soñar con el mar que baña la orilla de su suelo ancestral, porque no
dejamos que los palestinos contaminen la pureza judía de nuestras
playas.
Durante años, los judíos se opusieron a la discriminación en el empleo y
la educación. Sin embargo, hoy en nuestro propio país, hemos creado un
sistema de discriminación total. En la empresa eléctrica del Estado, hay
seis gentiles entre los trece mil empleados, un 0,046%. Los gentiles
constituyen el 40% de la población entre el Río Jordania y el Mar Rojo,
pero sólo uno de cada cuatro de ellos tiene derecho a votar. No hay
gentiles en la Corte Suprema, ni en el gobierno, ni en la Fuerza Aérea,
ni en los servicios secretos. Ni siquiera hay un solo gentil en la junta
directiva del principal diario liberal de Israel, Haaretz.
A la luz de estos eventos, cabe reformular los lamentos de los judíos de
la diáspora. No luchamos por los derechos humanos, sino por los derechos
judíos. Estuvimos a favor del libre movimiento y la libre elección
solamente para los judíos. Cuando hablamos de sufragio universal, nos
referimos al derecho a votar de los judíos. No nos importa la ocupación
e invasión, mientras seamos nosotros quienes ocupamos e invadimos. La
imagen de un niño que levanta sus manos frente a matones con
ametralladores solamente nos apena si el niño es judío. Al niño no judío
se le puede disparar con toda libertad.
Cuando Bialik escribió "El diablo no inventó castigo suficiente para el
asesino de un niño", en realidad quiso decir "un niño judío". Cuando le
horrorizó la escena de un pogrom (matanza de judíos en la época de los
zares), sintió horror porque la violencia tenía como blanco a los judíos.
Si no fuera así, un pogrom no tiene nada de malo de por sí. Los judíos
del Alto Nazaret cometieron un pogrom de gentiles en su ciudad, pero no
se acusó a nadie. La policía los ayudó matando a unas cuantas víctimas.
Peor aún fueron los pogroms de Ramalá y Beth Jallah, perpetrados desde
desde helicópteros y tanques.
La Rusia del Zar fue muy odiada por nuestros abuelos. Sin embargo, cien
años de pogroms contra judíos causaron menos pérdidas que las que
nosotros hemos acometido en cuestión de semanas. Luego de los progroms
en la Rusia del Zar, todos los escritores y los intelectuales condenaron
a los ejecutores. En el Estado judío, apenas unas docenas de personas se
juntan para protestar en Tel Aviv, mientras que la Unión de Escritores
Hebreos apoya el progrom de gentiles.
En 1991, la mayoría de los judíos rusos salieron en contra del comunismo
y a favor de la propiedad privada. De hecho, la que tenían en mente era
la propiedad judía, ya que confiscamos la propiedad de los gentiles con
la mayor facilidad. Camine por las mejores zonas de Jerusalén, Talbieh,
Viejo Katamon, las Colonias Griegas y Alemanas, y mire los palacios
espléndidos. Antes pertenecían a los gentiles, tanto musulmanes como
cristianos: alemanes, armenios, griegos, británicos, rusos y palestinos.
Todos fueron confiscados para pasárselos a los judíos. En las últimas
semanas, cientos de hectáreas de propiedad gentil fueron embargados, y
cientos de viviendas gentiles tomados o demolidos.
Justo antes de su arresto en España, el principal magnate mediático
ruso-judío, Gusinsky, llegó a Israel y expresó su apoyo incondicional.
Al mismo tiempo, pidió ayuda del mundo en su lucha contra las
autoridades rusas que intentan sacar un canal de televisión de su
control. Su respaldo a Israel demuestra que el Señor Gusinsky aprueba de
la confiscación realizada sobre una base étnica: sólo se opone al
decomiso de la propiedad judía. Está en contra del arresto de judíos,
los gentiles se pueden pudrir en las cárceles para siempre, tal como
sucede en el Estado judío.
En un tris hemos logrado socavar las extensas conquistas de los judíos
en la lucha por la democracia, los derechos humanos y la igualdad. ¿Qué
fue lo que nos disgustó de los nazis alemanes? ¿Su racismo? El racismo
nuestro no es menos extendido o venenoso. El diario israelí en lengua
rusa, Discurso Directo, publicado en Jerusalén, encuestó a cientos de
inmigrantes judíos de Rusia sobre sus sentimientos respecto a los
palestinos. Entre las respuestas típicas estaban "Yo mataría a todos los
árabes", "Todos los árabes deben ser eliminados", "hay que expulsar a
los árabes", "un árabe es un árabe, y tiene que ser eliminado". No sé si
los resultados hubieran sido más alentadores en la Alemania de 1938. Ni
siquiera los nazis tenían la intención de matar a sus enemigos judíos
hasta 1941.
Pongamos las cosas en su sitio. Estuvimos en contra del racismo mientras
fuera el racismo de otros. Nos opusimos a los escuadrones de la muerte y
los Sonderkommando mientras actuaran en nuestra contra. Nuestros
asesinos propios, el Sonderkommando judío, son objeto de nuestra tierna
admiración. El Estado judío es el único en el mundo con escuadrones de
la muerte oficiales, declarando una política de asesinatos, practicando
torturas a escala medieval. No se preocupen, mis lectores judíos,
solamente torturamos y asesinamos a los gentiles.
Estuvimos en contra del ghetto, cuando nosotros fuimos acorralados en él.
Hoy en día, hasta el diario judío más liberal llama a establecer un par
de ghettos de gentiles cercados con alambre de púas, rodeados por
tanques judíos y fábricas con propietarios judíos al lado, donde Arbeit
macht los gentiles frei. El ghetto tendrá independencia plena luego de
quitarle todas sus fuentes de ingreso y subsistencia.
Los israelíes son lavados de cerebro desde el jardín infantil, se les
enseña que son el Pueblo Elegido, y que son Über Alles. Son adoctrinados
a creer que los gentiles no son enteramente humanos, por lo que se puede
matarlos y expropiarles sus bienes a gusto. Al fin y al cabo, la única
resolución de la ONU con la que ha cumplido Israel es la que describe el
sionismo como una especie de racismo. Lo que más me perturba es que la
educación internacionalista en la Unión Soviética no resistió el veneno
de la propaganda sionista sobre la superioridad judía. Lamento el
derrumbe moral de mi propia comunidad rusa aquí en la Tierra Santa.
Ahora, como el ángel escribió sus palabras encendidas, como los profetas
llamaron al pueblo a arrepentirse, nosotros tenemos la opción. Podemos
escoger el camino de Nineve, arrepentirnos, devolver la propiedad robada,
parar la discriminación y el asesinato, y esperar que Dios nos perdone,
si no por nosotros, entonces por nuestros perros y gatos. O podemos
insistir en nuestras conductas malvadas como el pueblo de Sodoma, y
esperar el torrente de fuego y azufre ardiente de los cielos iracundos
de Palestina.
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