" Lo que estamos
haciendo: rompiendo la conspiración de
los poderosos contra los que carecen de
todo poder."
(El
Panorama de la BBC prepara "la
madre de todas las calumnias" contra
Wikileaks)
por Israel Shamir
[La campaña mediática del establishment
contra Julian Assange se está
intensificando. El programa de CBS 60
minutes intentó hacerlo polvo el
domingo pasado, pero Assange dejó al
entrevistador de CBS Steve Kroft
tambaleándose. El domingo pasado también
se vio al editorialista del New York
Times Bill Keller gastar miles de
palabras en el NYT Magazine,
pisoteando a Assange con una muy fea
falta de escrúpulos, pues Asange es el
mismo que le dio al NYT unas
cuantas revelaciones sensacionales, en
lugar de su habitual suministro de "gastroporno",
lo que produce Sam Sifton. Aquí, Israel
Shamir informa, con algunos aportes
personales, sobre lo que prepara la BBC
para hundir a Assange, y sobre los
ataques del Guardian sobre el
mismo. Alexander
Cockburn/JStClair]
Descolgué el teléfono al tercer
timbrazo, y una melodiosa voz británica
me comunicó que la BBC quería incluirme
en su programa Panorama. La BBC
tenía interés en escuchar mis opiniones
sobre el mundo, y especialmente sobre
Wikileaks. ¡Qué momento glorioso! Me
sentí hinchado de orgullo. Hay algo en
mis relaciones con la "Beeb" que me hace
palpitar el corazón. Siempre he sido
parcial con su estilo, y consideraba un
honor haber trabajado para la BBC, aun
cuando fuera hace treinta años ya.
Cuando trabajaba en la Bush House en el
Strand, el programa Panorama era
uno de los mejores programas
investigativos en el mundo - y de pronto
¡vienen a pedirme a mí mis comentarios!
Deseoso de edificar una relación basada
en la confianza, contesté todas las
preguntas preparatorias con honestidad
llana. Pensé que había hecho lo
correcto; me ofrecieron trasladarme a
Londres, o bien, si tenía algún
inconveniente, ellos vendrían a hablar
conmigo en Moscú: ¿qué gente más
educada, no?
Pero mirando atrás, las señales de
peligro son obvias. Estaban produciendo
un programa sobre Wikileaks, pero no
tenían pensado entrevistar a Julián
Assange. ¿Tal vez esté demasiado
ocupado? Más adelante, las preguntas
empezaron a tomar un giro siniestro.
Espanté de mi mente la sensación de que
era un producto derivado de la política
sucia sobre la que estábamos
conversando, pero algunas conversaciones
telefónicas posteriores me alertaron y
por fin me hicieron entender claramente
lo que se preparaba. Estos simpáticos
amigos de la BBC estaban en realidad
buscando qué basura nueva le podrían
tirar a Wikileaks para ensuciarnos a
nosotros dos. Yo había estado
haciéndoles el juego. De pronto me sentí
como Julian Assange, entrampado con la
miel de los halagos, como lo entramparon
a él con una joven supuestamente loca
por él.
El remate fue una carta que yo acababa
de recibir del productor John Sweeney,
delineando la sustancia del proyecto. No
se lee como el guión de un show
televisivo, sino como un enjuiciamiento
a un criminal. Cada acusación
disparatada figura allí, y las que no
conllevan ni asomo de prueba ocupan el
lugar central. Lo más asombroso es que
la carta de Sweeney contiene algunas
líneas tomadas de un mensaje que yo le
había mandado a Assange algún tiempo
atrás. Las palabras estaban sacadas de
contexto, y eran una cita falsificada
del original, pero yo reconozco mi
prosa. ¿Cómo es posible que la BBC se
haya apoderado de mi correspondencia
privada? ¿Será que la BBC se roba
realmente la correspondencia privada, o
es que se la alquilan a otros? Es
vergonzoso, pero no es la primera vez
que me sucede. Otra carta privada mía
fue retomada (y retocada) por el
editorialista investigador del
Guardian, David Leigh. ¿Demasiado
conspiracionista para mi gusto, tener
que reconocer un esquema perturbador?
Tratábase pues de un complot, y será que
las tres laptops que se le robaron a
Assange terminaron en lo de
Leigh&Sweeney, después de una estancia
breve en Langley?
John Sweeney y David Leigh no son
retazos del mismo paño, pero los dos
saben cómo se juega en el periodismo. A
Leigh lo devora la envidia. Tiene en su
relación con Assange el papel de
Salieri junto a Mozart, pero se piensa a
sí mismo como el héroe injustamente
desconocido de Wikileaks. ¿Será un
héroe? En absoluto, él es más bien el
villano. Como reconoció Bill Keller del
NYT , Leigh fue quien concluyó
que "estas filtraciones canallas
(fabricadas por él) liberaran al
Guardian de toda responsabilidad
delictiva". Desde entonces, ha entablado
una guerra privada personal contra
Wikileaks. Su vínculo con Sweeney le
convenía. Sweeny es un pit-bull; el tipo
de gente al que se le encargaría
calumniar a Madre Teresa de Calcutta. Se
deslizó del lado nuestro hasta allí
porque sólo los muy ricos podrían
atreverse a formarle juicio a la BBC,
pero al menos una vez le ha tocado ser
llevado a juicio por difamación. Los
arranques de furia lunática de Sweeney
están calculados para intimidar a los
entrevistados, y se han conservado
muestras de ellos para la posteridad.
Ahora me resulta demasiado claro
entender porqué Assange y demás se han
negado a tener nada que ver con
Panorama y su operación torcida.
Demasiado obvio a mis ojos el por qué
procuraban atraparme a mí, humilde
narrador vuestro, lectores míos.
El programa Panorama sobre
Wikileaks saldrá el 7 de febrero 2011,
el mismo día en que se volverá a abrir
el juicio contra Julian Assange. Es
imposible predecir cómo será el fallo,
pero sí es fácil adivinar lo que va a
ser el programa. Assange tiene
posibilidades de salir libre, por los
tribunales británicos, pero por lo que
la carta de Sweeney indica, nadie saldrá
ileso, después de la ofensiva de
Panorama. Esta es la versión inglesa
de "El imperio devuelve el golpe", la
última respuesta a los que tratan de
sacudirse de las garras del lobby de los
medios masivos, de su control mental
sobre la gente. Mientras tanto, el FBI y
Scotland Yard se han mantenido activos,
lanzando nada menos que 45 operaciones
conectadas con Wikileaks, de modo que la
alianza entre la BBC y el Guardian es un
espejo etéreo de cierta actividad muy
rasera, cuando no subterránea.
Dudo que veamos el programa Panorama
de la BBC hacer la menor tentativa de
examinar qué se descubrió gracias a
Wikileaks. Estoy seguro que pasarán por
alto la filosofía de la claridad de
Julian Assange, su argumentación para
considerar la claridad como el arma del
pueblo contra las conspiraciones de los
poderosos; tampoco van a debatir sobre
la re-escritura voluntaria de los cables
por el Guardian, o su uso
arbitrario de titulares que apartan al
lector de lo realmente significativo. No
creo que vayan a investigar las
tentativas periodísticas del Guardian
para destruir a Julian Assange,
incluyendo la publicación de un libro
que anticipa la caída de Wikileaks. Me
pregunto si se les ocurrirá indagar
sobre OpenLeaks, la alternativa a
Wikileaks propiciada por el Guardian,
y cómo podría utilizarse su visión de la
"transparencia" para desenmascarar
chivatos y devolver sus filtradas a sus
amos.
Lo único que sí estoy seguro de ver es:
calumnia pura. Se le ensuciará con el
asunto de la violación imaginaria. No
soy profeta, pero me gustaría apostar a
que no van a mencionar los siguientes
hechos sobresalientes: el hecho de que
la supuesta víctima todavía estaba
disfrutando la compañía del presunto
violador al día siguiente del supuesto
crimen, y los jadeantes mensajes que
envió la presunta víctima por twitter ,
después de la presunta violación, sobre
lo "increíble" que era andar junto con
Julian y el equipo de Wikileaks. Seguro
que no van a mencionar la participación
de Karl Rove en la preparación de la
trampa, ni listar las conexiones con la
CIA de la demandante. Sospecho que no se
molestarán en entrevistar a la eminente
jueza sueca Brita Sundberg-Weitman sobre
sus razones para considerar que la
demanda de extradición es ilegal, y por
qué piensa ella que la gente que está
detrás de esa solicitud está
persiguiendo objetivos muy específicos.
Dudo que el programa cite a la fiscal
sueca Marianne Ny, que dijo que es
preferible mantener a un hombre preso,
aun si se descubre que es inocente.
Juzgando por la carta de Sweeney, se le
endilgará más, aparte de las calumnias:
¡lo veremos sepultado bajo un lodazal!
Israel Shamir (yo mismo) se presta para
abrirle un camino real a esa maniobra.
Por cierto, hay amigos que no se quieren
acercar a la brasa, y francamente, no
los condeno. La carta de Sweeney me
acusa de ser un natisemita y negador del
Holocausto. Es probable que esto se
repetirá en vivo.
Para asegurarse de quedar a salvo, la
BBC ha contratado a un experto "luchador
contra el antisemitismo", el profesor
Richard Evans - la BBC no escatima
recursos para maniobras torcidas. A
Evans se le convocó como testigo experto
en el juicio contra David Irving, y
salió del juicio con 70 000 libras
esterlinas en el bolsillo (US$110 000),
y además un cuarto de millón de libras
($400 000) por "combatir" el
antisemitismo.
Este alud le resultó excitante al
profesor, y trató de repetir el efecto,
acorralando a una universitaria
feminista, Diane Purkiss, acusándola de
negar el Holocausto porque expresaba
unas opiniones raras sobre... no sobre
los judío, no, sino ¡sobre las brujas en
la Inglaterra medieval! Era demasiado
audaz, y tuvo que ofrecer penosas
excusas. En todo caso, no retrocede ante
el perjurio, Evans: bajo examen cruzado,
planteó que él no publicaría ningún
libro con vistas a sacar una ganancia
adicional de su participación en el
juicio. Y por supuesto sí publicó su
libro, y claro, le sacó la ganancia
prevista. No es difícil entender su
entusiasmo: ¡descubrió una auténtica
mina de oro! Si no fuera por su fama de
"luchador contra el antisemitismo", ese
"estilo suyo falto de imaginación que lo
hace merecedor de la comparación con un
largo trago de cerveza desabrida y sin
espuma" (como dijo Walden en
Bloomberg) lo tendría arrinconado en
los márgenes de la vida. Me encanta la
idea de refutar los lances de Evans,
pero vamos a mantener la perspectiva
histórica. Reservaré mis comentarios
hasta después que la BBC contrate a
Evans para analizar el antisemitismo del
rey inglés George Sexto, de Shakespeare,
de T. S. Eliot y de Marx.
He escrito cientos de páginas sobre el
tema, pero, para beneficio del lector,
voy a resumir mi posición. Naturalmente,
como hijo de padres judíos, y habitante
del Estado judío, íntima y profundamente
envuelto en la cultura judía, no albergo
ningún odio a un judío por judío. En
realidad dudo que mucha gente padezca
esa debilidad. No obstante, sí he
criticado, y lo sigo haciendo, muchos
aspectos de la Weltanschauung
judía, como tantos pensadores judíos y
cristianos anteriores, o tal vez más,
porque yo he presenciado los crímenes
del Estado judío que se originaban en
semejante visión del mundo.
En cuanto a la acusación de "negar el
Holocausto", mi familia perdió
demasiados hijos e hijas para negar los
hechos de la tragedia judía, pero sí
rechazo el significado religioso
supuestamente salvífico que radica en la
misma apelación de Holocausto; sí niego
su unicidad metafísica, sí reniego del
culto mórbido al Holocausto y pienso que
toda persona temerosa de Dios, sea
judía, cristiana o musulmana, debería
rechazarlo de la misma manera que
Abraham rechazó y pisoteó los ídolos.
Niego que sea bueno recordar o
inmortalizar acontecimientos traumáticos
por el estilo, y tengo escritos muchos
artículos en contra de la obsesión
moderna por las matanzas, trátese del
holocausto judío de los años 1940, de la
masacre de los armenios en 1915, del
"holodomor" ucraniano, de Katyn en
Polonia, de los jémeres rojos etc.
Polacos, armenios, ucranianos me han
entendido, y los judíos también -pues de
lo contrario ya me hubieran endilgado el
crimen de negación de los hechos, que
existe en la legislación israelí.
Tomaron a Evans y a Sweeney para fingir
la indignación.
No suelo sentirme ofendido por los
tontos. Sin embargo, esta retórica de la
negación es la que mantiene apartados de
mí a antiguos asociados; a nadie le
gusta que lo calumnien públicamente, y
no deseo que la difamación recaiga sobre
mis amigos, especialmente aquellos como
Julian Assange que nunca se han
interesado por el tema. Mis opositores
sionistas están obsesionados por la raza
y los holocaustos, pero yo no. Más aún,
ahora estoy tomando distancias del tema
judío, en que estuve metido mucho
tiempo, lo cual empezó por la traducción
que hice del escritor en hebreo moderno
S Y Agnon, siguiendo con la traducción
de los escritos medievales en hebreo de
Samuel Zacuto, y por fin metiéndome en
la denuncia de los crímenes del
sionismo. No reniego para nada de lo que
he dicho o escrito, pero hay vida
también fuera de esta temática.
Wikileaks es el mejor ejemplo de ello.
Wikileaks ha cambiado las cosas en
Oriente Medio más radicalmente que
cualquiera de mis divagaciones. Sin
Wikileaks, Al-Jazeera jamás hubiese
publicado los Palestine Papers, Túnez y
Egipto no hubieran iniciado su batalla
para salir de la dictadura y hacia la
libertad.
Estos ataques a mi persona obedecen a
dos objetivos: una, socavar a Wikileaks
y a Julian Assange, por asociación
conmigo, un "antisemita" y negacionista";
la segunda, socavar mis esfuerzos para
entregarte a tí, lector mío, los cables
no revelados por los medios "encamados"
con el poder. Esto lo confirmó un nuevo
texto en el Guardian, que es un
aperitivo de lo que se nos viene encima
en el programa Panorama. Repitiendo los
mismos puntos -¿cómo es posible que
alguien tenga una opinión distinta de la
de Mr Leigh acerca de Bielorrusia? El
artículo concluye: "mientras los diarios
hicieron un trato para manejar las
filtradas en forma responsable, las
maniobras de Shamir, por detrás, son las
que hicieron que Wikileaks adquiriese
mala fama". Queridos editorialistas del
Guardian, eso de la "forma
responsable", lo analizó Counterpunch,
y encontró que dejaba mucho que desear.
Además, Bill Keller reconoció que cada
publicación de los cables transitaba por
el escrutinio de los "hombres que no se
ríen" de la CIA y el State Department.
Yo procuré liberar los cables de las
jaulas donde Uds. las querían guardar
bajo llave. Yo soy responsable también,
pero ante el pueblo, no ante la
oficialidad.
Estuve involucrado principalmente en el
espacio post-soviético, y allí entregué
cables a órganos mediáticos muy
diferentes, desde el Russkiy Reporter
oficialista, pasando por la
Komsomolskaya Pravda de difusión
masiva, por la opositora Novaya
Gazeta, hasta el Naviny, un
sitio web independiente en Bielorrusia,
porque no me gustaba el arreglo con el
Guardian, que le hubiera
permitido mantener bajo control a los
medios obsecuentes. Si esto funcionó en
los países del Este, esto puede
funcionar en Occidente: debemos
liberarnos de su control mental.
Confío en que los que miran el programa
Panorama no se dejen despistar
por ataques ad hominem. Confío en
que me juzgaréis a mí y a Julian Assange
por lo que estamos haciendo: rompiendo
la conspiración de los poderosos contra
los que carecen de todo poder. Esto es
lo que la BBC está tratando de hacernos
olvidar. Hemos gastado demasiado tiempo
y espacio argumentando contra sus
acusaciones a los mensajeros. Deberíamos
ahora formarles juicio a ellos por
tratar de desviarnos del mensaje.
Edición: Paul Bennet
Traducción: Maria Poumier
|